Buenos días. Llegó nuestro última día completo en tierras canadienses. Oooohhhhh!!
Hoy día relajado e intentando no darnos mucha paliza para estar descansados para los dos días de viaje de vuelta que nos quedan. Bueno, eso en teoría, claro. Hoy queríamos ver Granville Island, una antigua península industrial , no una verdadera isla, llena de restaurantes, bares, teatros, negocios de artesanía, y sobre todo, uno de los mejores mercados de Vancouver. Preferimos ir hoy lunes para no enfrentarnos a las hordas de turistas que supuestamente van los fines de semana.
Así pues, nos dispusimos a andar los 2,4 kilómetros que separan nuestro hotel en Hastings St hasta Granville Island, tomando Hornby St en línea recta. De camino, nos topamos con un rodaje de una serie o película cuyos actores no conocíamos. No en vano, Vancouver es uno de las ciudades donde más películas se ruedan en el mundo.
Al llegar al final de Hornby St llegamos a un pequeño muelle, y justo enfrente nuestra se encontraba Granville Island. La única forma de llegar es atravesando el puente, que no sabíamos si sólo para vehículos o también para peatones, ya que va por encima de la isla, o bien cogiendo un ferry que costaba 5,50 dólares la ida y vuelta, para un trayecto de unos 30 segundos escasos. Qué le vamos a hacer...
Ya en Granville Island, y dado que era primera hora de la mañana, disfrutamos muchísimo con el ambiente, y sobre todo, con las vistas a Downtown y el mercando, Granville Island Public Market, un festival de pescado, quedo, fruta y dulces. Lástima no haberlo descubierto antes!
Era imposible resistirse a hacer una foto a lo que los canadienses llaman "Pescado Idiota"... Habrá que informarse del por qué de ese nombre...
El paraíso de los baggels, no confundir con donuts, por favor...
Después de no resistirnos a probar la fruta fresca, como no, del Valle de Okanagan, reservamos el tour de una fábrica de cervezas, Granville Island Brewing, para las 12.00 del mediodía, y de mientras, nos fuimos a buscar uno de los restaurantes más famosos de Vancouver, Go Fish!, un cobertizo de marisco, considerado como uno de los mejores locales para comer Fish & Chips, con una selección de fletán, salmón, bacalao, tacos de pescado y hamburguesas de vieras y sandwiches de atún. Pero estaba cerrado. Después caímos. Era lunes. Y como en toda ciudad costera y con puerto que se precie, ya se sabe. Los lunes no hay pescado fresco. Snifff!!
La experiencia en la fábrica de cervezas, muy buena. Evidentemente, nos enteramos de la misa la mitad, como se suele decir, dado que muchas palabras eran técnicas y se escapaban a nuestros conocimientos de inglés, pero como fue todo muy gráfico, más o menos, salimos habiendo comprendido muy bien todo el proceso de elaboración y fabricación de la cerveza en las distintas modalidades que se hacían in situ. Lo mejor de todo, cuando al finalizar pasamos a la Taproom para una cata de cervezas: Hefeweizen, la Ginja Ninja y la Raspeberry Ale. Espectaculares!
La noche anterior estuve buscando los mejores restaurantes de sushi en Vancouver. De hecho, Vancouver está reconocida como la mejor ciudad del mundo fuera de Japón donde comer sushi. Ayer ya dimos cuenta del Ra-men, la versión japonesa de la sopa de fideos china, con carne de cerdo, huevo, verduras, vamos, como nuestro puchero, jajaja... Así que investigando por internet, encontré que el mejor restaurante de sushi en Vancouver era Tojo's. Menos mal que me dio por mirar la carta antes de ir. El menú degustación, 256 dólares canadienses por persona. Así que tuve que ir bajando posiciones en la lista hasta encontrar algo que no nos hiciera volvernos a Europa en canoa. Y curiosamente, el segundo de la lista era Aoki Sushi, en 1888 W. Broadway St, es decir, bastante, bastante lejos de nuestro hotel, pero a unos 20'-30' andando desde donde estábamos... Unos 1,7 kilómetros más...
La verdad es que por fuera se te quitan las ganas de entrar. No había mucha gente, estaba en un barrio periférico de Vancouver, North Vancouver, no había turistas por la calle... Vamos, que no sabíamos como iba a salir el experimento. Y a la vuelta nos esperaban casi 5 kilómetros andando. Pero mereció la pena. Ya creo que mereció la pena! Menudo festival! Las fotos, una vez más, hablan por si solas...
Nos tuvimos que llevar sushi para el hotel y acabarlo para cenar. Era demasiado! Afortunadamente, teníamos una vuelta andando para hacer la digestión. Hicimos una parada de nuevo en Granville Island antes de coger el ferry para el postre, y de ahí, vuelta para el hotel por Granville St, que hoy ya no era peatonal, jajaja... Supongo que sólo la cortarán para los fines de semana.
En Granville St hay una especie de paseo de la fama de actores, cantantes, músicos y personalidades varias canadienses, y alguien que me sé no pudo evitar hacerse la foto con una estrella en concreto.
Ya de vuelta en el hotel, me dio por preguntar -no lo sabíamos aún- si el hotel tenía piscina. Se nos quedo mirando el recepcionista con cara extrañada. "Claro", nos respondió. "Ah, vale, en qué planta está". "En la tercera, aquí tienen la llave para entrar". Y nos entregó una llave magnética. Nos quedamos los dos con cara un poco extrañadas. Así que subimos a investigar. Nos encontramos con que en la planta tercera de nuestro hotel se ubicaba uno de los mejore clubs de todo Vancouver. Con una piscina interior con vistas a los rascacielos de Vancouver, pistas de squash, un mega gimnasio... Basta decir que sólo lo frecuentaban ejecutivos que dejaban sus trajes de 3.000 dólares colgados fuera de las taquillas -a saber lo que les duraría el traje fuera de la taquilla en el O2 o en el Inaqua en Málaga-. En los lavabos había maquinillas de afeitar, colonia, pasta de dientes, cepillos, vamos, un espectáculo. Así que creo que no tenemos que decir donde pasamos la tarde. No hay testimonio gráfico, lo siento.
Cena en hotel -sushi-, y a preparar las maletas para mañana. Ya esto se está acabando, pero la experiencia ha sido insuperable. Ya haremos un resumen cuando estemos de vuelta con todo.
Mañana todo el día de viaje. Salimos de Vancouver a las 16.30 y no llegamos hasta Málaga hasta el día siguiente. Vaya paliza que nos espera. Pero bueno, iremos comentando tantas y tantas experiencias que hemos vivido juntos en estas tres semanas inolvidables.
Ya escribimos a la vuelta y dejamos finiquitados los días que nos quedan pendientes!!
Un abrazo fuerte!!
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