Después de un día como el de ayer, donde a duras penas pudimos dormir unas 2 horas y poco en el avión desde Anchorage a Seattle, y después de superar la pequeña crisis del extravío de mi equipaje, que apareció a última hora del día de ayer, conseguimos dormir unas ininterrumpidas ocho horas. ¡Por fin! No hemos querido ni bajar a desayunar, y provistos de auténtica leche fresca canadiense y cereales, hemos desayunado en la habitación del hotel.
Hoy toca: Stanley Park, el que califican como uno de los mejores parques urbanos del mundo.
Nada más salir del hotel, y a escasos 100 metros, tenemos el Canada Place, la terminal de cruceros desde donde zarpamos a Alaska, y hemos empezado por ahí para hacer andando el paseo por el dique de Coal Harbour. Lonely Planet lo califica como "un idílico recorrido junto al mar que comienza en Canada Place y finaliza en el Stanley Park de 2 kilómetros aproximadamente, perfecto e inspirador para una tarde soleada". Es cierto que es totalmente idílico y con paseos como éste comprendes como Vancouver está en el top de mejores ciudades para vivir. Además, está todo muy bien conservado, limpio, etc. debido a la celebración hace sólo tres años de los Juego Olímpicos de Invierno en 2010. Y pese a que no lo hemos de tarde ni hacía un día soleado, hemos disfrutado el paseo muchísimo.
Nada más llegar al Canada Place, se encuentra a su derecha un centro de convenciones. Hoy tenía que haber una convención de manga japonés porque los alrededores estaban abarrotados de gente disfrazada de sus dibujos manga favoritos. Un espectáculo.
Lo que es digno de ver y te puedes pasar horas haciéndolo es ver como toman, no tierra, sino agua, los hidroaviones, con un tráfico muy fluido, al igual que pasaba en Victoria. No son sólo atracciones turísticas, sino auténticos medios de transporte que te permiten desembarcar en pleno Downtown de Vancouver.
Después de recorrer Harbour Green Park, se pueden apreciar las chozas flotantes del puerto deportivo, los impresionantes barcos amarrados, y como particularidad, el hotel Westin Bayshore, donde Howard Hughes estuvo escondido cerca de tres meses en 1972. Debía ser muy distinto a los rascacielos de viviendas que hay hoy en día.
Y después de este paseo, llegamos a Stanley Park, donde optamos por seguir las recomendaciones de todo el mundo y alquilar un par de bicicletas para recorrer cerca de los 9 kilómetros que tiene el perímetro del parque. Menos mal que lo hicimos! Que buen rato echamos! Nos lo pasamos espectacularmente bien! Fuimos a Spokes Bicycle Rentals, en el 1798 de W. Georgia St, donde además de atendernos en español, nos facilitaron todo el equipo: bicicleta, casco, candado, mapa de la zona... Además, a un precio fenomenal!
Y provistos de todo el equipo, ahí que nos lanzamos! El recorrido fue completísimo. Tomando como ruta el perímetro de Stanley Park, recorrimos el parque de los tótems, Brockton Point, la "Muchacha en bañador", Lions Gate, Prospect Point, Siwash Roch, Third Beack y la piscina de Second Beach, hasta llegar a English Bay y volver al punto de partida. Unas dos horas de agradable pedaleo y unos 9 kilómetros de recorrido total. Una mañana de domingo espléndida y uno de los mejores ratos del viaje!
Después de devolver la bicicleta, y sin tenerlo planeado, decidimos explorar el West End, un barrio extensísimo lleno de vivienda y bajos edificios de apartamentos. Había numerosas tiendas y restaurantes, y está considerado como el cuartel general de la comunidad gay de Vancouver.
En este barrio, y casi sin quererlo, acabamos en Marutama Ra-Men, donde nos pegamos uno de los mejores homenajes culinarios desde que estamos en Canadá, a base de Ra-men, el mejor que hemos comido en nuestra vida. Es-pec-ta-cu-lar!!
Después de comer, hicimos una nueva incursión en Stanley Park para ver el Acuario, pero no nos convenció demasiado, y finalmente, decidimos no entrar. Así que tras dar una vuelta andando, recorrimos a la inversa el dique de Coal Harbour, buscamos un supermercado para comprar algo de cenar, y de vuelta al hotel a descansar después de un intenso y muy bien aprovechado día en Stanley Park.
Mañana haremos frente a nuestro penúltimo día en tierras canadienses y a nuestro último día de turismo como quién dice. Sniff... Hay tantas cosas aún por ver... Bueno, nos está esperando la Feria de Málaga, así que la vuelta no será todo lo dura que pudiera ser.
Mañana, más!
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