miércoles, 31 de julio de 2013

Día 3: Calgary - Banff (30-08-2013)

¡Maldito "jet lag"! Hoy a las 04.30 de la mañana, ya despierto, me he puesto a trabajar y contestar emails y a realizar gestiones laborales... Y a las 06.00 ya nos estábamos levantando para ir recogiendo la habitación del hotel  y bajar a desayunar. Así que sobre las 07.00, desayuno de los campeones...


Scrambled Eggs (huevos revueltos), omelette (tortilla), salchichas, muffins, baggels, mantequilla de cacahuete, zumos, café, etc. Muy completo, aunque ni de lejos, con la variedad ni la calidad de  los desayunos de España.

Después de hacer el check out nos hemos encontrado con una agradable temperatura de 2 grados a las 08.00 de la mañana. Así que nos hemos visto en la obligación de abrigarnos, pero bien abrigados... 

Las conclusiones del hotel: Best Western Premmier Freeport Inn: Habitaciones muy amplias, limpio, ubicado a las afueras de Calgary, perfecto si vas de paso como nosotros y tienes coche de alquiler. Sino, no hay nada alrededor de ocio, restauración, etc. Precio: caro, como todo en Canadá. 



Primera parada: Lake Minnewanka, a 13 kilómetros de Banff. Distancia a recorrer desde Calgary: Unos 130 kilómetros. Una hora y media aproximadamente. Eso si, no te das ni cuenta del paso del tiempo vante la majestuosidad de los paisajes. 




Nuestra primera experiencia con el Parque Natural de Banff supongo que fue como la de todo el mundo que viene por primera vez a Alberta. Quedarse con la boca abierta. Y creo que no hace falta que comente mucho las siguientes fotos.












Podría poner millones y millones de fotos porque no te cansas de de ver la Naturaleza, en mayúsculas, es estado puro. 

Había senderos que bordeaban el lago, que se encontraban cortados por peligro de ataques de osos, al ser la temporada de recolección de  bayas y cuando los osos se aprovisionan para el invierno, así que íbamos, asustados, no, acongojados porque no había nadie en el camino...



Siguiente parada: Banff. No es una ciudad al uso, más bien, un centro de servicios al parque que lo rodea. Por lo tanto, repleta de gente, con muchos servicios, restaurantes, tiendas... En invierno debe ser espectacular, con todo nevado...



Después de aparcar el coche, no sin dar unas cuantas vueltas, y de hacer una breve, pero fructífera,  incursión a la tienda de The North Face Banff, nos dirigimos a la oficina de Turismo para que nos ubicarán mejor aquellas atracciones y lugares que queríamos visitar. De allí, y por recomendaciones de la chica de la oficina de turismo, a la que no dudamos en que nos dejara aconsejar donde comer, acabamos en un restaurante que nos encanto: Coyote's.



Hamburguesa vegetal (buenísima) y el plato del día: pollo con dos tipos de salsa, patata cocida, huevo... Muy bueno también. Bien elaborado y buena presentación.


Después de comer, y para hacer tiempo hasta poder hacer el check in en nuestro (a partir de las 16.00), decidimos subir al teleférico (Gondola Banff), una de las atracciones más populares de la localidad. La verdad que no tenía muchas expectativas en ella, pero me sorprendió muy gratamente. 




La pendiente, espectacular. Son unas cabinas para cuatro personas. Al llegar a la cima, hay una pequeña estación con cafetería, baños, y un sendero hasta otra cima que se encuentra a unos 500 metros. Un paseo muy agradable, y que se  encuentra entablillado, por lo que es muy fácil de hacer.


Tras hacer una larga cola para bajar, de casi una hora, fuimos a nuestro hotel: Tunnel Mountain Resort. Hotel alejado del centro de Banff, a unos quince minutos andando, por lo que íbamos y veníamos siempre en coche. Dentro de lo que cabe, hotel de tres estrellas, con habitaciones muy amplias, y decente. Nada de lujos. Tenía piscina, que ni llegamos a ver. La chica de recepción, mejicana, al decirle que éramos españoles, le falto tiempo para  compadeceremos, afirmando que sabía lo duras que estaban las cosas en España... Hay que ver la fama que estamos cogiendo... 

Después de dejar las malestar, y sin descansar, vuelta al tajo. Bow Falls, las Cataratas de Bow.
Como era las primeras que veíamos en el viaje, nos llamo la atención y nos gusto mucho. Visto lo que hemos visto después, ya no tanto. Pero tiene un agradable paseo al margen del río muy interesante.




Vuelta a coger el coche y ahora "intentamos"hacer el sendero Hoodos, que se inicia al otro marge del río donde estaba Bow Falls. Desde allí, en alto, había una vista espectacular del hotel de la cadena Fairmont (Fairmont Baff Springs). Los hoteles de esta cadena son simplemente increíbles. Ahora bien uma media de 300-500 € la noche. Pero los enclaves, las edificaciones, los servicios, etc, de diez.





Pues bien. Anteriormente dije que intentaríamos hacer el sendero de Hoodoos. Intentamos porque a los 300 metros una plaga de mosquitos me ataco sin piedad, y tras más de veinte picaduras, tuvimos que desistir. No llevábamos el repelente, que a partir de ese momento no nos volvió a faltar en nuestras mochilas.

¿Qué hacer después de tan mala experiencia? Pues a las aguas termales de Banff Upper Hot Spring. Es un balneario que se encuentra al lado del teleférico, a unos 4 kilómetros del centro de Banff. El agua sale a unos 49 grados en invierno, pero en la época del año en la que nos encontrábamos estaba a 39 grados. 



De ahí, vuelta al hotel, ducha y excursión al centro de Banff para cenar. Estabamos muertos, y era tarde, así que elegimos rápido el restaurante. Un vegetariano llamado Nourish. Se les había terminado unas pizzas vegetales que tenían muy buena pinta, así que pedimos unos nachos con tomate, cebolla, queso chedar, alubias, cous cous, etc. Muy, muy buenos. Y de segundo pra compartir, noodles con leche de coco también muy sabrosos. Salimos del restaurante directamente a. Hotel y a dormir que al día siguiente nos esperaba un plato fuerte: Lake Louise.




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