Las compañías norteamericanas, sin embargo, comenzaron a mostrar un interés cada vez más creciente en Alaska: crearon vínculos con los rusos, proyectaron en 1860 construir una comunicación telegráfica que uniera este territorio con Rusia y Estados Unidos, y organizaron expediciones científicas. Su interés por este territorio culminó en 1867 con la adquisición de Alaska por 7,2 millones de dólares, cuando el fracaso de Rusia en la Guerra de Crimea convenció al Zar a aceptar dicha oferta. El Secretario de Estado, Seward, ideó la operación más por la importancia estratégica de Alaska que por sus recursos. Sin embargo, el negocio, muy criticado en su momento, resultó enormemente ventajoso ya que en 1880 se descubrió oro en Yukón, lo que provocó la llegada de grandes masas de mineros que se establecieron en Juneau, Nome y Fairbanks. La fiebre del oro de Klondike (nombre del mayor yacimiento) duró hasta principios del siglo XX.
sábado, 6 de julio de 2013
Un poco de historia: Alaska y el considerado como el "peor negocio de la historia"
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